Nuestra participación consistía en una salidad a setas con los participantes en este curso y la cita era el pasado 29 de noviembre. Quedamos en el parque de La Acebera, en Lugones y aunque el día no prometía nada bueno, el tiempo amenazaba frío y agua, y la temporada de setas ya estaba muy avanzada, al final, todo el mundo ha quedado satisfecho, pues no llovió, y hubo gran variedad de setas, aunque no en grandes cantidades.
Por citar algunas, vimos la seta de chopo (Agrocybe aegerita); algunos champiñones, el Agaricus impudicus y el Agaricus xanthoderma; Amanitas, la mortal phalloides y la rubescens; la Armillaria mellea, parásito peligroso de los árboles de hoja caduca; la Clitocybe odora, de intenso olor a anís, y la popular pardilla (Clitocybe nebularis); la molinera (Clitopilus prunulus); el Coprinus comatus; el Cuphophyllus niveus y el Cuphophyllus pratensis; el Hygrocybe chlorofana y el Hygrocybe conica; el Hypholoma fasciculare; la Russula nigricans; la Lepiota cristata; la Lepista nuda; el Paxillus involutus; los Tricholomas sulphureum y scalpturatum; la Volvariella speciosa; la Clavulina cristata; el Clathrus archeri; Scleroderma citrinum; la Tremella mesenterica; la Helvella crispa; la Xylaria hypoxylon; además de otras muchas variedades que a simple vista no era posible identificar qué especie eran.
Por último, compartimos una charla con todos los asistentes al curso, en la que dejamos constancia de nuestra opinión sobre los recursos micológicos forestales en Asturias, donde, exceptuando la zona occidental, creeemos que hay muchas variedades, pero no en cantidad suficiente para su comercialización.
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