El pasado jueves, 24 de enero, fallecía en Candás, Carlos Barragán Lozano, fundador de la Sociedad Micológica La Faya, de esta localidad, donde mantuvo una intensa actividad hasta finales de los ochenta, en que un incendio arrasó el local de la asociación perdiéndose el catálogo que tenían de 743 especies de hongos, lo que influyó en el cese de actividades de esta entidad.
Fue un gran estudioso de las setas y transmitía con gran generosidad todos sus conocimientos. Así fue como entró en contacto con la Sociedad Micológica de Pañeda, ayudándonos, primero, en la identificación y clasificación de especies durante las Jornadas Micológicas y enseñándonos todo su saber, después. Fue nuestro maestro. Él nos familiarizó con el manejo de las claves, el uso de reactivos y la utilización del microscopio, en la identificación de especies. Igualmente colaboró con el portfolio de la sociedad de festejos de esta localidad, escribiendo artículos sobre las setas y su gastronomía. El 4 de noviembre de 2001, la Sociedad Micológica de Pañeda, como reconocimiento a sus muchos méritos, le hizo entrega, de una estatuilla con una seta.
En noviembre de 2.005, dos días después de nuestras XVI Jornadas Micológicas, en las que estuvo colaborando sábado y domingo, sufrió una enfermedad que, por desgracia, cambió su vida y supuso, entre otras muchas cosas, el abandono de sus aficiones, ya que un impedimento físico mermó su actividad de manera notable. Como experto en setas, tuvo numerosos reconocimientos públicos, además del nuestro: Sociedad Micológica La Pardina de Mieres, Sociedad Asturiana de Micología de Gijón… Por su compromiso con Perlora, donde pasó parte de su vida, recibió la Faba de oro, de la tertulia los Serondos de Perlora. Era una gran persona, muy amena para las tertulias. Un gran comunicador con el que se pasaban buenos momentos, incluso en sus últimos años, ya en silla de ruedas. Desde la Sociedad Micológica, desde Pañeda, un entrañable recuerdo de quienes no te olvidan. Hasta siempre, amigo.
En noviembre de 2.005, dos días después de nuestras XVI Jornadas Micológicas, en las que estuvo colaborando sábado y domingo, sufrió una enfermedad que, por desgracia, cambió su vida y supuso, entre otras muchas cosas, el abandono de sus aficiones, ya que un impedimento físico mermó su actividad de manera notable. Como experto en setas, tuvo numerosos reconocimientos públicos, además del nuestro: Sociedad Micológica La Pardina de Mieres, Sociedad Asturiana de Micología de Gijón… Por su compromiso con Perlora, donde pasó parte de su vida, recibió la Faba de oro, de la tertulia los Serondos de Perlora. Era una gran persona, muy amena para las tertulias. Un gran comunicador con el que se pasaban buenos momentos, incluso en sus últimos años, ya en silla de ruedas. Desde la Sociedad Micológica, desde Pañeda, un entrañable recuerdo de quienes no te olvidan. Hasta siempre, amigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario