El pasado año culminamos un ciclo de veinticinco años, a partir de entonces pensábamos tomárnoslo con calma, paso a paso. Pero, llegado el momento de preparar la XXVI exposición, pusimos otra vez los motores en marcha, al igual que en años anteriores y al final, el trabajo colectivo tuvo su premio.
Conseguimos superar las previsiones, ya que aspirábamos a exponer 350 especies diferentes, la media anual desde 1990 es de 351, y llegamos a las 400. Las visitas a la misma fueron tan numerosas como en los mejores años, no sé si por el buen tiempo o, a pesar de ello.
Todos los años procuramos añadir una novedad, y si el padsado año presentamos una mesa con los “Hongos medicinales, los tres hongos del emperador” : el Rheishi (Ganoderma lucidum), Shiitake (Lentinula edodes) y el Maitake (Grifola frondosa), éste año lo hicimos con los terribles parásitos del género Armillaria, la Armillaria mellea y la Armillaria ostoyae, con panel explicativo de sus andanzas.
Como siempre, nos quedaron bastantes setas sin clasificar, más de las que quisiéramos, a pesar de dedicarle la noche del viernes y el sábado, todo el dia.
Conseguimos 23 nuevas especies, recogidas y clasificadas por primera vez en la exposición. Además, en la mesa de las tóxicas, estaban 6 mortales: Amanita phalloides; Lepiota brunneoincarnata, brunneolilacea, helveola y josserandi; Galerina marginata y Paxillus involutus.
Por géneros, hemos contabilizado 22 especies de Lactarius, 1 nueva; 23 de Russula, 1 nueva; 15 de Hygrocybe; 21 especies de Tricholoma; 28 de Cortinarius, 2 nuevas; 11 de Inocybe, 2 nuevas; 12 de Agaricus y 14 de Amanita.
El lunes día 9, por la mañana y como el pasado año, vinieron a ver la exposición los alumnos de 4º de la ESO del Palacio de Granda, que tuvieron la ocasión de conocer el mundo de los hongos, un mundo desconocido para la mayoría de ellos.
Antonio Sánchez, con los alumnos y alumnas del Palacio de Granda